Decidir cuándo y cómo enfocar la enseñanza de inglés para niños es hoy una de las preocupaciones más frecuentes de los padres. Y si no lo es, debería serlo, pues es de vital importancia que los más pequeños de la casa comiencen a aprender inglés cuanto antes. Pero no de cualquier manera.
El aprendizaje de idiomas en los niños es un proceso muy diferente al de los adultos, pues es en edades más tempranas cuando el conocimiento se asienta más eficazmente. Así, sentar las bases de la gramática inglesa y el vocabulario en los niños es importante, además de habituar su oído a la lengua inglesa.
Hoy tenemos a nuestra disposición numerosos consejos, métodos y trucos referidos a inglés para niños, pero ¿por cuáles debemos decidirnos? ¿Cuáles son los más útiles? En este post te recomendamos consejos y actividades que puedes realizar para enseñar inglés a niños. ¡Toma nota!
7 efectivos consejos de enseñanza de inglés para niños de 0 a 10 años
1. Cuanto más pronto, mejor
Si el niño está en contacto con el inglés desde muy pequeño, tenderá a verlo como algo positivo. Esto es porque se acerca al idioma como a cualquier otro entretenimiento, desde la novedad y con una buena predisposición al aprendizaje. No obstante, conviene que este aprendizaje temprano trate de conseguirse a través de juegos y trucos, no desde la pura formación académica.
2. No lo fuerces
Si el niño no está receptivo, es mejor aplazarlo para un momento en que sí lo esté o probar otro método de enseñanza. Cada niño es diferente y lo mejor es que nos acerquemos a ellos para enseñarles teniendo en cuenta su personalidad, sus gustos y su facilidad con el aprendizaje del idioma.
3. Utiliza frases cortas y simples con ellos
Una de las mejores maneras de aprender un idioma es hablarlo con naturalidad. Por ello, lo más adecuado es utilizar expresiones sencillas. Por ejemplo, hacerles preguntas cortas y directas, relacionadas con lo que les gusta o con la actividad de su día a día. Lo ideal es utilizarlas a diario o de manera constante para que vayan recordándolas y relacionándolas con su significado, a la vez que contestan a lo que se les pregunta adaptando la respuesta a cada situación concreta: ‘Come here’, ‘What day is today? Today is Friday‘, ‘Good job’, ‘I like chocolate’, ‘What’s the weather like? Sunny!‘, etc.
4. Música, cuentos y vídeos
Los materiales didácticos que combinan entretenimiento con aprendizaje son imprescindibles en la enseñanza de inglés para niños. Por eso, los cuentos, la música y algunos dibujos animados en inglés son muy recomendables, sobre todo en las edades más tempranas. Se quedarán con las frases hechas, aprenderán poco a poco a enunciarlas y, lo más importante, acostumbrarán su oído al idioma inglés.
5. Los viajes al extranjero
Los viajes al extranjero pueden ser una excelente manera de incentivar su curiosidad y conseguir que poco a poco vayan conociendo el mundo. Si lo ven como un hobby, en muchas ocasiones serán ellos quienes te pidan hacer determinados viajes, lo que irá alimentando sus inquietudes culturales y, por tanto, su interés también por aprender idiomas.
6. Clases particulares de idiomas
Una buena manera de reforzar las clases del colegio o la guardería es contar con un profesor nativo o bilingüe que dedique un tiempo semanal a cubrir las necesidades del alumno en el aprendizaje del idioma. De esta manera, la enseñanza será personalizada y más efectiva para el niño. El profesor detectará sus puntos fuertes y débiles en el manejo del inglés y podrá orientarle según sus particularidades.
7. Cursos de idiomas en el extranjero para niños
La inmersión total en el idioma es una de las apuestas más seguras para obtener todo el rendimiento en el aprendizaje de inglés para niños. Todas las actividades enunciadas anteriormente y realizadas de manera conjunta ayudan a conseguir un dominio más o menos satisfactorio del idioma. Pero estudiar el idioma en el país en que se habla es el paso indispensable que cierra de manera perfecta el círculo del aprendizaje. En el caso del inglés, los países más recomendados para niños son Irlanda y Reino Unido (especialmente, por su cercanía) y Estados Unidos y Canadá. Son muchos los destinos en los que los niños, a partir de cierta edad y teniendo nociones del idioma, pueden sacar todo el partido al aprendizaje. Ya sea en un curso escolar completo o durante el verano un curso de idioma con actividades y deporte, en alojamiento con familias nativas cuidadosamente seleccionadas o en internados con supervisión continua, se trata de una excelente manera de conseguir niños bilingües y formados en una educación internacional que les reportará numerosos beneficios en el futuro.
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